sábado, 26 de octubre de 2013

Regalos bautismales

El viernes 18 de octubre de 2013, una empleada de la Asociación Argentina de Actores me notificó telefónicamente la postergada cremación de los restos mortales de mi abuelastro-padrino Ernesto Pena, apuntador televisivo jubilado fallecido el 22 de agosto de 1998, a los 66 años de edad, tras haber pedido expresamente que lo sepultasen en su panteón gremial del cementerio porteño de Chacarita, donde, según las normas vigentes, debe cremarse obligatoriamente a todo difunto con más de diez años de fallecido. Cuatro días después, me apersoné en el panteón de mi abuelastro-padrino, cuyo cuidador me recibió con las cenizas del difunto en una bolsa de supermercado, inmediatamente introducidas en una pequeña urna destinada a un diminuto nicho cenicero, cuya placa identificatoria debo llevar al cementerio en los próximos días.
Mientras yo veía a mi único padrino de bautismo católico reducido a cenizas, siete madrinas y padrinos, congregados en Londres, amadrinaban (o apadrinaban) el solemne bautismo anglicano del futuro rey Jorge VII de Inglaterra, primogénito del futuro rey Guillermo V del mismo país. El pequeño biznieto de la actual monarca inglesa fue cristianado con su diminuta anatomía cubierta por una réplica del atuendo bautismal impuesto en 1841 a la tía bisabuela de Isabel II, cristianada ocho años después de la usurpación británica del argentino archipiélago malvínico, mantenida, por increíble que suene, hasta el día de la fecha. 
En 1947, Jorge VI, padre de Isabel II y tatarabuelo del futuro Jorge VII, reconoció de buena gana la independencia de la India, considerada, durante los reinados de Victoria I, Eduardo VII y Jorge V, como la joya más preciada de la corona inglesa. Casi setenta años después, todo parece indicar que se ha bautizado a un futuro emperador británico del archipiélago malvínico, cuyos irrisorios volúmenes demográfico-territoriales hacen que la "perdida perla austral", ensalzada décadas atrás en una canción patriótica argentina, parezca un vulgar anillo de bisutería al lado del subcontinente indio.
Mi único padrino de bautismo está actualmente reducido a cenizas. Jamás habitó una Argentina con soberanía efectiva sobre un archipiélago malvínico aparentemente incluido entre los regalos bautismales destinados a su pequeño ahijado por los múltiples madrinas y padrinos de bautismo del futuro rey Jorge VII de Inglaterra.  


    
Los futuros reyes Guillermo V y Jorge VII de Inglaterra en el bautismo de este último, celebrado en Londres el 22 de octubre de 2013. Los acompaña la futura reina Catalina, madre del bautizado