Para
la niña Máxima Zorreguieta, el término “Holando
argentina” no debía pasar de designar las obesas vacas blanquinegras exhibidas
anualmente en la pista de tierra de la Exposición Rural, recorrida por su padre
Jorge Zorreguieta, secretario de Agricultura, en un añoso automóvil
descapotable compartido por Zorreguieta
padre con su tocayo y máximo superior jerárquico gubernativo, el todopoderoso
dictador Jorge Rafael Videla. Lejos debía estar Maximita de vaticinar que, más
de treinta años después, el término “Holando argentina” designaría a Máxima como
la primera reina holandesa de origen argentino, coronada menos de dos meses
después de la conversión de su compatriota Jorge Bergoglio en el primer papa argentino.
“Sé un buen español, pero no olvides que
naciste francés”, dijo, en 1700, el rey francés Luis XIV a su nieto Felipe de
Anjou, coronado rey de España bajo el nombre de Felipe V. Yo diría a Máxima: “Sé
una buena holandesa, pero no olvides que naciste argentina”. Que el término “Holando argentina” designe a algo más que una
vaca de buen porte o una reina holandesa de origen argentino. Que el término “Holando argentina” represente, ante todo, la posibilidad de combinar
dignamente la argentinidad con componentes de otras nacionalidades. En 1992
presencié una ordenación presbiteral oficiada por monseñor Antonio Quarracino,
predecesor arzobispal inmediato del papa Francisco. Un prelado debía, con toda
la solemnidad del caso, pedir al arzobispo de Buenos Aires que ordenase al nuevo
presbítero. Quarracino debía contestar gravemente a la petición con una pregunta
ritual: “¿Sabes si es digno?” “Doy fe de que es digno", debía replicar el
peticionante, con idéntica gravedad.
Alguien
debe haber dado fe de que monseñor Jorge Bergoglio era digno de la alta investidura
papal. Alguien debe haber dado fe de que Máxima
Zorreguieta era digna de la alta investidura principesco-real en el
ámbito neerlandés. Santidad, Majestad, sus compatriotas les pedimos que no nos decepcionen.
Que el término “Holando argentina” designe a algo más que una
vaca de buen porte, por muy exquisitos bistecs argentinos que pueda proveer dicho
vacuno a la mesa papal y a las mesas de la familia real holandesa y sus
súbditos.
Máxima Zorreguieta en su coronación
como reina de Holanda (Amsterdam, 30.04.2013)