Por Ernesto Sebastián Vázquez
En 1979 yo tenía nueve años y
amenizaba mi infancia con la telecomedia diaria Los
hijos de López, emitida por Canal 7, guionada por Hugo Moser, protagonizada
por figuras actorales como Dorys Del Valle, Tincho Zabala, Alberto Martin y Emilio Disi y relativa
a la vida de una familia empresarial de apellido López, apellido anodino por su marcada frecuencia. Tan anodino como el
mío: una vez quise saber, Internet mediante, si tenía parientes en Galicia y un
Vázquez de Galicia me contestó por correo electrónico que, para responderme si
éramos o no familiares, debía brindarle más datos sobre mi bisabuelo Manuel Vázquez
(h), gallego emigrado a la Argentina en 1914, hijo de gallegos aparentemente no
emigrados, lo cual aumentaba en teoría mis chances de encontrar descendientes
de mis tatarabuelos gallegos en Galicia. Digo bien: en teoría, porque, según
aquel Vázquez gallego consultado por mí on line, en Galicia vivían al menos
cien mil Vázquez y quizá fuese más sencillo encontrar una aguja en un pajar que
un descendiente de algún tío bisabuelo mío no emigrado, primo mío en tercer o
cuarto grado, degustando plácidamente una buena taza de vino de Ribeiro en una
tasca de Corrubedo, patria chica de mi bisabuelo.
Escena
de Los hijos de López
Es anodino apellidarse López o Vázquez, porque son apellidos muy
frecuentes y nadie con dos dedos de juicio se preocupará por un López o Vázquez
de más o menos. Pero apellidarse López es, sin duda, mucho menos anodino para la señora Elisa López de Bullrich, tataranieta de Vicente López y Planes,
entrevistada días atrás por el matutino porteño La Nación con motivo del
bicentenario del Himno Nacional
Argentino, cuya letra debemos al tatarabuelo
de la señora
de Bullrich. Aunque
se porte un apellido repetido hasta
el hartazgo en las guías telefónicas, no es poca cosa descender de figuras históricas como Vicente López y Planes, su hijo Vicente Fidel y su
nieto Lucio Vicente. No siempre es anodino apellidarse López. Si se desciende de celebridades con ese apellido, el hecho
de apellidarse
López marca,
por extraño que parezca, el fin de lo anodino.
Elisa López de Bullrich
No hay comentarios:
Publicar un comentario